¿Uno menos, quedan dos?
Hay mucho espacio, mucho oxígeno en el multiverso de la NBA para dedicar atención a los titulares y al mismo tiempo darles a los recién llegados la oportunidad de brillar de verdad.
Así que… parece que los recién llegados tendrán que hacer el trabajo sucio ellos mismos, porque la antorcha no pasará en una transición pacífica del poder. Habrá que arrebatárselo con los abanderados todavía en la marquesina del Apollo de la NBA.
Los Sacramento Kings no le hicieron precisamente un favor a la liga. Stephen Curry podría ser la atracción número uno de la Asociación (el irresistible y convincente mundo que gira en torno al tiro de tres puntos comienza con él), pero se ha quedado fuera en mayo y junio desde que los Warriors fueron eliminados en el torneo de entrada.
¿Serán LeBron y Durant los siguientes?
James y sus Lakers no son los favoritos frente a Nikola Jokic y los Denver Nuggets en la primera ronda de los playoffs, que comienzan este fin de semana, y los menos favorecidos podrían ser, por decirlo suavemente. Sería una sorpresa de proporciones masivas para Los Ángeles derrotar a los campeones defensores en la cima de sus poderes, siempre que no haya una lesión catastrófica para Denver que incline la balanza.
Para Durant, se enfrenta a una cara futura de la liga, una estadounidense, Anthony Edwards de los Minnesota Timberwolves. Edwards es carismático, sencillo, con un acento campestre y tiene un juego que el país debería ver en abundancia. Y aunque ha tenido algunos momentos explosivos, todas esas cosas se validan en los playoffs, no al azar los miércoles por la noche.
Durant no es tan querido como James y Curry, pero su grandeza no pasa a un segundo plano frente a nadie en el juego de hoy si hablamos históricamente.
Los tres equipos más televisados ??a nivel deportes esta temporada fueron, por orden, los Warriors (41), Lakers (40) y Suns (37). Oklahoma City tuvo 13 juegos y Minnesota 10. Quizás eso sea mercado. Quizás sea falta de confiabilidad, pero esta postemporada podría contribuir en gran medida a inclinar los números.
Las cadenas de televisión están tropezándose con la esperanza para James y los Lakers, retorciéndose como pretzels de ocho cifras porque no creen que nadie más pueda alcanzar los números superiores de audiencia de ocho cifras. Fue sorprendente ver a los Lakers recibir algún trofeo imaginario bañado en oro por una barrida competitiva en mayo pasado (el único equipo que los Nuggets despidieron sin perder) debido a nuestra fascinación y obsesión colectiva con James y los Lakers. Jokic, aunque se sitúa cada vez más alto en la historia, no se gana el cariño del público porque lo mantiene a distancia.
Su grandeza debería ser suficiente, pero el espectador estadounidense tiene tantas opciones que la excelencia singular (particularmente la excelencia basada en el terreno) no será tan apreciada ni atractiva como otras en el léxico.
Vicente Buena Voluntad
Yahoo Sports
