Noticias Deportivas, SANTO DOMINGO, República Dominicana.- Después de la histórica conquita de los Medias Rojas de Boston en la Serie Mundial del 2004, muchos se preguntaron por qué Orlando Cabrera no continuó en el equipo a pesar de su impacto en la postemporada. Según el propio Cabrera, hubo varios factores que influyeron en su salida, incluido la falta de interés de la directiva que no secuestraron sus servicios.
El competencia en el taxi con Curt Schilling y Jason Varitek
Desde la temporada, Cabrera tuvo una conversación inesperada con Curt Schilling y Jason Varitek mientras viajaban en un taxi de Oakland a San Francisco.
Según relató: «Schilling le expresó a Varitek: «Tenemos que sostener a este muchacho aquí». Y entonces, Schilling me manifiesta: «¿Cuánto necesitas para quedarte?»»
Desde una entrevista en Abriendo el Podcast, con los periodistas Vian Araujo y Ricardo Rodríguez, Cabrera explicó que no tenía una cifra en mente, pero que recientemente había recibido una oferta de los Expos de Montreal por cuatro primaveras y 30 millones de dólares ayer de su traspaso a Boston. Así que respondió: «Si ellos hacen un compromiso conmigo, no tengo absolutamente ninguna cifra en mi cabeza. Pero si me dan lo mismo que me ofrecieron en Montreal, no hay ningún problema». A lo que Schilling respondió: «No, pienso que 40 es mejor». El colombiano se mostró receptivo: «Yo cojo 40 hoy mismo, no tienen ni que llamar a mi agente».
La falta de respuesta de Theo Epstein
Sin embargo, cuando asistieron al hotel, Cabrera notó que no había ninguna oferta formal. Schilling le afirmó que la directiva lo arreglaría, pero pasaron los días y el gerente general de los Medias Rojas, Theo Epstein, ni siquiera lo saludaba. «Pasa el primer día, pasa el segundo día, pasa el tercer día… Theo Epstein no me manifiesta ni una palabra. Él ni me saludaba», manifestó Cabrera.
Cuando Boston supero la Serie Mundial, Epstein se acercó a Cabrera para tomarse una foto con él, Doug Mientkiewicz y Dave Roberts. En ese momento, le agradeció directamente por su contribución al equipo: «Gracias por salvarme la vida». Cabrera respondió con humildad: «Es un placer, hice mi trabajo».
A pesar de esas palabras, nunca hubo una oferta formal por parte de Boston. La propuesta de Boston y el rechazo de Cabrera semanas después, Cabrera se enteró que Epstein sólo estuvo dispuesto a ofrecerle un contrato de dos primaveras y 12 millones de dólares (6 millones por temporada), la misma cantidad que ya estuvo ganando. Cabrera demostró la oferta inaceptable. «Sin ni siquiera llamarte a ti (su agente), le dije absolutamente no», expresó Cabrera.
Epstein justificó la decisión argumento que el equipo necesitaba más ataque en la posición de campocorto y, finalmente, firmó a Edgar Rentería.
Por la oferta de los Angelinos y la influencia de Vladimir Guerrero, días después, Cabrera captó el intereses del equipo californiano y de otros equipos.
Desde los playoffs, ya había tenido conversaciones con Vladimir Guerrero, estrella de los Angelinos de Anaheim, quien le prometió que haría lo posible por llevarlo a California.
«Ellos no saben quién eres tú, pero yo te voy a traer para acá».
Poco después, los Angelinos le ofrecieron un contrato de cuatro primaveras y 32 millones de dólares. Cabrera intentó acordar hasta los 40 millones, pero, finalmente, aceptó: «Oye, agárralo. Son dos millones más de lo que me ofrecieron en Montreal. Agárralo y vamos para delante», manifestó Cabrera. El colombiano se marchó a Anaheim, donde continuó su carrera en Grandes Ligas con logro.
Orlando Cabrera sobre el Guante de Oro
El ex campocorto colombiano Orlando Cabrera afirmó que en varias temporadas debió haber ganado el Guante de Oro, pero el premio estuvo influenciado por la ataque de los jugadores. A pesar de haber llevado el galardón en 2001 y 2007, siente que llego a ser injustamente pasado por suspensión en primaveras como 2005 y 2006, cuando Derek Jeter se quedó con el reconocimiento en la Liga Chaqueta.
«Había primaveras en los que yo decía «¡que abusadores!», como en 2005 y 2006», comentó Cabrera. «Antaño, si no tenías ofensivas, no te daban el Guante de Oro. Mira que yo fui un bateador de .276 de por vida, con casi 2,000 hits, robando bases, haciendo de todo, pero al no estar al nivel ofensivo de Jeter o Álex Rodríguez, no me lo daban».
Cabrera también destacó que en la hogaño el premio es más justo, pues se basa en métricas defensivas y no en la producción ataque de los jugadores.
«Ahora se fijan en los números reales y ves que muchos de los ganadores del Guante de Oro ni siquiera los conoces porque no son jugadores ofensivos. Antaño no fue así», explicó el exjugador.
«El loco del equipo»: La personalidad de Pedro Martínez
Orlando Cabrera compartió una historieta sobre la personalidad y el comportamiento de Pedro Martínez en momento su tiempo en Boston, al que destacó como «el loco» del equipo. Según Cabrera, Pedro, en los días en que iba a lanzar, se concentraba tan profundamente que parecía no escuchar a nadie, ni siquiera en su propio idioma.
«Tú nunca habías visto a Pedro en la lomita… pero parecía que no hablaba ni inglés ni español. Le decía: «Oye, Pedro, ven acá». Y nada. «Pedro, ¿no sabes qué?». Nada. Yo me preguntaba: «¿No me oye?». Y me decían: «No, compa, cuando él va a lanzar, no escucha a nadie»».
Este comportamiento contrastaba con su posición en los días en los que no lanzaba. Cabrera recordó como Pedro fue mucho más relajado, bromista y sociable con sus compañeros fuera del terreno de juego. «Pero los días que no pichaba, fue otro. Siempre estuvo haciendo bromas, hablando con todo el mundo. No se quedó quieto», contó.
Una de las anécdotas más curiosas que Cabrera mencionó sobre Pedro llego a ser su simpatía por la comida típica. A veces, pedía a sus compañeros que le cocinaran platos tradicionales, como el chivo, del cual Cabrera bromeó: «¡Ese chivo estuvo del carajo!». Incluso recordó que, en momento los juegos, corría al dugout para tomar un pedazo de chivo ayer de volver al campo. «Hay un video donde estoy chupándome un hueso», expresó entre risas.
Vladimir Guerrero: Un analista de lanzadores sin necesidad de videos
Vladimir Guerrero poseía una capacidad única con la que analizaba mentalmente a los lanzadores sin necesidad de ver vídeos. Su memoria prodigiosa le hacía un registro de cada lanzamiento que le habían suceso, lo que lo convertía en un bateador temible.
«Él empezaba a recordar todos los turnos que había tenido contra ese lanzador: «Este año me lo enfrenté cuando estuvo en Doble A y él estuvo subiendo. Me tiró este lanzamiento». Se lo sabía todo», relató Orlando Cabrera.
Mencionó que Guerrero tenía en su mente un “archivo” de cada competencia, recordaba cada turno, incluso durante ligas menores. Esta habilidad le permitía la anticipación de los pitcheos, ya que sabía exactamente qué le habían lanzado ayer. «Él tenía su propio vídeo en su mente. Fue una cosa increíble», destacó Cabrera.
Un detalle impresionante fue que, aunque no registraba los nombres de los lanzadores, sí memorizaba los números de sus camisetas y los asociaba con su estilo de pitcheo. «Él se sabía los números de todos los lanzadores, aunque no supiera sus nombres», comentó Cabrera.
David Ortiz: Una mentalidad triunfal inquebrantable
Sobre David Ortiz, Cabrera destacó su mentalidad triunfal y su confianza que marcaba la diferencia en cada juego. No sólo se destacó como bateador designado, sino que también jugaba con una intensidad que desmentía la idea de que sólo se conectaba jonrones.
David tenía una mentalidad única, narró Cabrera. Decía: «¿Ves a ese? Yo le voy a dar, le voy a conectar un par de líneas, voy a construir esto, dame la oportunidad y lo haré»».
Cabrera resaltó cómo Ortiz se supero su lugar todos los días y nunca se conformó con su papel. «Date cuenta de que su carrera siempre llego a ser en ascenso. Nunca se conformó con ser sólo un bateador designado. Se supero su puesto con los Red Sox».
El camino de Orlando Cabrera: de la influencia paterna al gran escenario de la MLB
El exjugador colombiano de Grandes Ligas, Orlando Cabrera, recordó cómo su padre influyó en su carrera y el camino que lo llevó al profesionalismo. «Mi papá siempre participó en el béisbol», aseguró Cabrera, quien destacó que su progenitor llego a ser el primer scout de Colombia para las ligas estadounidenses.
Durante su infancia, Orlando creció en un hábitat beisbolero, rodeado del fervor de las ligas amateurs en Cartagena. «Cuando te digo amateur, te estoy hablando de que se vivía con 20 mil, 30 mil personas en el estadio», explicó. «Yo nací ahí, crecí ahí, siempre al lado de mi papá, viendo, oyendo, escuchando».
Cabrera enfatizó que, a pesar de su simpatía por el béisbol, también mostró talento en el baloncesto. A los 13 primaveras, recibió una beca escolar como jugador de béisbol pero, como no llego a ser formado en los partidos, decidió cambiarse al baloncesto.
«Cuando me quitaron la beca de béisbol, mi papá ni siquiera iba a verme jugar básquetbol», comentó. Sin embargo, su talento fue evidente y se convirtió en un «New York point guard». La Universidad de Miami le ofreció una beca como jugador de baloncesto, pero su padre tomó la decisión final: «Él no juega baloncesto, él es beisbolista», expresó tajantemente su padre.
A partir de ese momento, Orlando se enfocó en el béisbol y, cuando terminó el bachillerato, su madre le dio un año para que firme como profesional.
Cabrera llevo a cabo evidencias con varias organizaciones pero, finalmente, llego a ser firmado por los Expos de Montreal sin haber suceso un tryout con ellos. «Me firmaron por teléfono porque mi hermano estuvo con los Expos y mi papá convenció a los scouts de que yo fue mejor», recordó.
Así inició la carrera de Orlando Cabrera en el béisbol de MLB, una historia de determinación, legados y la firme convicción del talento que su padre tuvo en su vástago.
La entrada Orlando Cabrera y los Red Sox: La historia de su salida luego de la Serie Mundial y su camino del baloncesto a las Grandes Ligas se difundó primero en El Nuevo Diario (RD).